En pocos meses, el sector de la logística deberá encargarse del transporte de no menos de 10.000 millones de unidades de vacuna, unas 200.000 entregas de pallets completos, que deberán viajar en unos 15.000 vuelos de carga y para lo que serán necesarios unos 15 millones de neveras portátiles.
ABC Economía
Avanza la cuenta atrás para disponer de la vacuna, pero cuando llegue a su final, quedará todavía un serio obstáculo por superar: la logística de su reparto. Las grandes farmacéuticas garantizan capacidad de fabricación de varios miles de millones de dosis en pocas semanas, pero además habrá que hacerlas llegar cuanto antes a su destino, en unos 250 países. Estamos hablando de la madre de todas las operaciones logísticas y el sector trabaja por adelantado para poder responder al reto.
En pocos meses, el sector de la logística deberá encargarse del transporte de no menos de 10.000 millones de unidades de vacuna, unas 200.000 entregas de pallets completos, que deberán viajar en unos 15.000 vuelos de carga y para lo que serán necesarios unos 15 millones de neveras portátiles. Este es el cálculo de un estudio elaborado por DHL, el mayor grupo de paquetería del Mundo y propiedad de Deutsche Post, en colaboración con la consultora McKinsey y varias organizaciones no gubernamentales. Además de DHL, empresas como Kuehne + Nagel, United Parcel Service y Federal Express asumirán probablemente las mayores tareas de distribución. El estudio analiza los puntos críticos a lo largo de la cadena de suministro, los requisitos específicos de la vacuna entre los que destaca la temperatura, y la propuesta de un marco para abordar futuras emergencias, más allá de la actual pandemia. «Esperamos en noviembre los primeros anuncios de vacunas y hay una parte de las decisiones que es política y sanitaria, pero una vez nos digan qué cantidad hay que llevar a qué destinos y en qué orden, debemos estar preparados», dice Claudia Roa, de Life Sciences and Healthcare DHL.
Dada la inestabilidad del ARN, existe un límite de temperatura a partir del cual la vacuna se degrada. Algunos laboratorios ya están adelantando las condiciones en las que ha de ser transportada la que ellos desarrollan. La de Moderna, por ejemplo, necesita un almacenamiento y un transporte a -20°C de temperatura constante y la de Pfizer, a -71°C. Una vez que se las descongela, pueden sobrevivir en nevera entre 5 y 14 días. UPS está construyendo en Holanda un almacén del tamaño de un campo de fútbol en el que solo hay pasillos flanqueados por columnas de congeladores de casi dos metros de altura, capaces de almacenar millones de dosis a 80 grados centígrados bajo cero. Desde allí planea establecer su red de abastecimiento. Otras empresas cuentan con la capacidad de almacenaje propia de los proveedores, pero todas tienen claro a estas alturas que lo más difícil no será el traslado sino su conservación en condiciones de eficiencia.
«Una simple caja de poliestireno con un poco de hielo seco no será suficiente para que la vacuna llegue a su destino de manera segura. Lo que se necesita es una cadena de frío continua que mantenga el material médico en el avión o camión a 80 grados bajo cero», explica Joachim Kuhn, director de la empresa asociada a la Universidad de Würzburg Va-Q-tec, especializada en contenedores de transporte para temperaturas extremas, que trabaja para 25 de los 30 mayores fabricantes farmacéuticos del mundo y que ha transportado ya 300 millones de test a temperatura constante de 20 grados, que en su mayoría provenían de fabricantes en Singapur o Corea del Sur. «Estamos negociando ya entregas de gran alcance, con objetivos temporales y cantidades. Conocemos incluso el tamaño al detalle de algunos envases y creemos estar preparados para el reto», dice Kuhn, que cuenta con una operación de transporte de unos 3.000 millones de dosis en 2021.
También es necesario planificar la cuestión burocrática. Solo 25 países, un tercio de la población mundial, tienen sistemas logísticos avanzados. Las empresas deben estar certificadas para transporte y almacenamiento de productos vivos, además de tener en regla los permisos para pasar aduanas, algo que será clave en la respuesta rápida. Tanto mensajeros y transportistas como personal médico deberán ser entrenados en el manejo de estos transportes. En partes de África, Asia y América Latina, no existe la infraestructura de logística de la cadena de frío.
Para mantener una temperatura constante de entre -60 y -80 grados centígrados, Va-Q-tec utiliza los denominados paneles de aislamiento al vacío como paredes de las cajas de transporte, así como elementos de refrigeración fabricados con materiales especiales, como parafinas o soluciones salinas. En un experimento realizado en los meses de verano, el hielo seco de las cajas mantuvo su forma y estado entre diez días y tres semanas. Entonces el elemento refrigerante cambia su estado físico de sólido a gaseoso. En el caso de la vacuna Covid-19, podría surgir un problema con transporte aéreo porque la cantidad de hielo seco que se puede transportar en un avión es limitada por razones de seguridad.